Sectorización

Para disminuir el agua no registrada y mejorar el rendimiento hidráulico de las infraestructuras de distribución de agua potable, una de las medidas más eficaces consiste en la Sectorización de las Redes Hidráulicas.

Sectorizar una red consiste en dividirla en zonas aisladas (sectores) de forma que en cada partición resultante pueda ser registrado el consumo de agua, y pueda actuarse sobre la presión y sobre el caudal suministrado.

El diseño de los sectores exige un conocimiento exhaustivo de las redes y el manejo de distintos sistemas de información. Para ello, la empresa dispone de modelos matemáticos de simulación del funcionamiento de las redes y toda la información de las mismas está integrada en el Sistema de Información Geográfica (GIS).

Es también clave conocer los usuarios integrados en cada sector y su comportamiento en lo relativo a la curva de demanda de agua. Para ello el Sistema de Gestión de Abonados es fundamental.

El tamaño de un sector depende de la longitud y superficie que ocupan las redes, del número de acometidas y usuarios servidos y de la viabilidad técnica y económica de su ejecución. En ningún caso se ha de comprometer la calidad del servicio.

En cada sector se realizan las obras hidráulicas necesarias para aislarlo del resto de la red, y se instalan todos los elementos de control necesarios para conocer su comportamiento: medidores y registradores de caudal y de presión, válvulas reguladoras de presión, medidores de cloro residual, etc.

De toda la información registrada se dispone de forma inmediata para su análisis, lo que permite y facilita la toma de decisiones de actuación en el menor tiempo posible. Para ello se instalan las comunicaciones necesarias para el envío de datos al Centro de Control.

El objetivo fundamental que persigue la sectorización es disponer de suficiente información distribuida y a escala manejable para, en cada sector:

  • Realizar auditorías para conocer el rendimiento hidráulico o el agua no registrada.
  • Caracterizar la curva de demanda, especialmente el caudal nocturno.
  • Detectar de forma rápida las posibles fugas analizando la evolución del caudal mínimo nocturno.
  • Comprobar rápidamente los resultados de las campañas de búsqueda y reparación de fugas.
  • Detectar fraudes, subcontajes o errores diversos de medición.
  • Disminuir los costes de mantenimiento.
  • Planificar las inversiones al orientar las acciones a los sectores con mayor agua no registrada.

Para la gestión de la sectorización se dispone de un Centro de Control, donde se recibe y procesa toda la información facilitada por la instrumentación asociada a cada sector, y desde donde se establecen prioridades a los equipos de mantenimiento, consiguiendo reducir de una forma muy importante la pérdida de agua por medio de la disminución del tiempo de vida de las fugas.

Este modelo de gestión, basado en la sectorización de las redes, permite a medio plazo disminuir de forma importante los costes y sobre todo ahorrar en gran medida un recurso escaso y necesario para el desarrollo de nuestra sociedad, como es el agua.